Teatro

Sobre mi participación en la obra teatral "El Juicio de Nuremberg".

Ha sido placentero y muy grato haber participado en esta obra. Y no sólo me refiero al proceso teatral , sino también a toda aquella reflexión a la que ésta nos ha llevado y que tan bien comenta Alfredo Bullard en su artículo del 22 de noviembre; en el diario El Comercio. Inicialmente creía estar tratando un tema histórico, con contenido jurídico sí; pero antiguo y lejano a nosotros, los peruanos. Creía que simplemente iba a ser un experimento teatral de un grupo de abogados que querían contribuir con su Facultad y con sus alumnos.



Sin embargo, desde la primera lectura del guión, la obra nos removió muchas cosas en los que participábamos en ella. No sólo conceptos jurídicos, políticos y de teoría del Estado, que habíamos escuchado o aprendido como abogados. Había momentos en que esta obra parecía escrita para nuestro país. Los paralelismos eran increíbles. La memoria, visiones, referencias y preferencias locales empezaron a aparecer.

Personalmente estoy feliz por todo esto. Para mí ha sido un "gran honor y una gran responsabilidad" participar en la obra, porque tengo una fuerte y entrañable vinculación con ambas universidades. La Pontificia Universidad Católica del Perú es la universidad en la que estudié y a la que sigo vinculado de diversas maneras. La Universidad del Pacífico es una casa que me recibió con los brazos abiertos, donde he encontrado grandes colegas y un espíritu que me ha conquistado totalmente. Desde hace un tiempo, la considero mi casa.

Estoy feliz también por los resultados de la obra. Hemos tenido lleno total. Prácticamente ya no hay entradas. Y la crítica ....., la crítica ha sido muy buena. Nos ha ido mucho mejor de lo que pensábamos. "Triunfamos más allá de nuestros sueños más salvajes".